Foto: Cortesía de Bárbara Echaverría.

ELLA…

(Agosto 1, 2012)

Ella mujer silenciosa,

parábola de mi amparo,

se presenta como un faro

frente a la marea ansiosa…

y en la noche deseosa

de combatir sortilegios

dejan mentales arpegios

las notas de su presencia,

como ángel de la prudencia,

palabras y privilegios.

Saben dejarme eclipsado

sus secretos con la luna,

me hace envidiar la fortuna

del satélite extasiado,

que parece conquistado

por su mágica sonrisa

y me enajena de prisa

relegándome a la sombra,

pero mi boca la nombra

ganándole a su premisa.

Sus ojos son mi espejismo

cuando me encuentro perdido,

sintiéndome en ese olvido

que me hace huir de mí mismo…

por negar que es egoísmo

traiciono mis emociones

y hasta me invento pasiones

que no me borran su imagen

y herido termino al margen

del amor y sus acciones.

Ella es la razón que tengo

para salir victorioso,

en el mundo sin reposo

donde fuerte me sostengo;

sin saber si voy o vengo

como parte de su vida,

soñarla es justa medida

mientras me brinda su mano

pues me aleja de lo vano

saber que me da cabida.

Juguimorpe.