lunes, 14 de julio de 2014

INMERSION


INMERSIÓN.

Un sorbito de salud
cuando la fe está apagada,
se presenta como un hada 
con su magia y su virtud;
transfiere la esclavitud
de hacer un simple poema
a ser la oda y emblema
del poeta renaciente,
con unos ojos en mente
para hacerlos teorema.

Su risa una llama viva
entre los puños cerrados,
que amarían condenados
mantenerla allí cautiva;
de piedad siempre agresiva
sobornando los decoros,
saliéndose por los poros
con su aroma de entereza...
que sí la ve la tristeza
se marcha con sus aforos.

Su mirada un desafío
para quien fuerza no tenga,
más que porque le convenga
tener semejante lío,
pero sé que sin hastío
conciliará en armonía,
todo perdón y amnistía
que de la vida ha aprendido
y que le otorga sentido
A quien la sueña en su vía.

No la he tratado siquiera
pero percibo el abrigo,
que daría a un amigo
sin prejuicio ni frontera,
así cumple donde quiera
con quien la pone en sus versos,
como centro de universos,
de galaxias y de estrellas
y al fin de las noches bellas
donde se sienten inmersos.

Juan Guillermo Mora Peña.

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