PAN ENMOHECIDO…
(Juguimorpe, Septiembre 15 de 2011)
Tal vez en mi arrogante tiempo cometí el error de sentirme inalcanzable, como lo son las golondrinas en su emigrante vuelo y, en un infinito fabricado por las desidias que se cubren con falsos resplandores de poder e imperio, avancé sobre otros seres que pararme no pudieron y así me hice una figura que se volvía gigante solo en actos convenencieros.
Sentir el peso de un tsunami interno con crueles embates sobre mis cimientos, fue la razón poderosa para darme cuenta de que soy solo un lienzo y que no interesa a quien quiere plasmarme si aceptarlo anhelo, porque siendo solo objeto te das a la toma de quien su cerebro impone para saber usarte sin malicia o con misterio.
Haber sido pan enmohecido en la boca de un infante que no sabe de consuelos, constata mi tesis de que la caridad no existe más que como símbolo, pues es claro que al estar en alza es mucho más fácil criticar al mendigo que darle razones para no dormir bajo la noticia datada hace tiempo, plasmada en la noche sobre su piel con frío.
No era perceptible el desamor en mi camino, porque siempre otorgas a la mente la banal idea de que por creerte bueno debes ser aplaudido; pero al sentir en carne viva el corazón agónico confinado en el olvido, consigues vivir del veneno que te paraliza internamente, aunque se muevan tus músculos en cualquier sentido y aceptas la humilde tristeza de yacer perdido en un campo de claveles sin color, que te expresan que son círculo cerrado porque están marchitos.
Y por eso ahora entiendo que si retiro de la mesa lo que fue inconcluso y que no alimenta a mi espíritu desvalido, es la única manera de poder ser grande recuperando el sentido y logrando la caridad que debe no ser insignia, si no en mí mismo el motivo de aumentar en mi autoestima las ganas de ser humano y evitando ser ese pan enmohecido que a otras bocas les lleve tal desagrado que hasta mi nombre les quede en sus vocablos perdido…
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